Lubina a la Sal

El pescado a la sal es un plato delicioso, el pescado queda muy jugoso, siempre que no nos pasemos de cocción, y, aunque esté cubierto con sal, no queda salado en absoluto, queda en su punto en todos los aspectos, de forma que se come mayor cantidad de lo rico que está.

Además de con la lubina, se puede hacer con otros pescados como la dorada, besugo, trucha, chicharro, … como podéis ver son pescados grasos y por este motivo dan mayor jugosidad. En cualquier caso se pueden hacer con sus víscera o no, pero el pescado ha de estar entero (para que la sal no penetre en el interior de la tripa), han de ser muy frescos y se tienen que hacer con sus escamas. No obstante las fotos os van a ayudar a seguir estos sencillos pasos, os recomiendo que la hagáis es más sencillo de lo que se piensa.

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Ingredientes para dos personas:

1 lubina de 750 g aproximadamente (si es de ración 1 por persona)

2 kg de sal especial para hacer el pescado a la sal

2 claras de huevo

Agua

 

Lavamos la lubina y la secamos muy bien, no tiene que tener nada de agua.

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En un recipiente ponemos la sal y las claras de huevo, mezclamos muy bien. Le añadiremos además un poco de agua para que esté la sal algo más húmeda.

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Ponemos en la base de la placa una capa de sal y encima la lubina.

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Vamos poniendo por encima de la lubina sal hasta cubrirla totalmente.

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Metemos al horno precalentado a 180º-200º durante 20 minutos. Dependiendo del tamaño necesitará más o menos tiempo, pero no mucho más, como un par de minutos en piezas algo más pequeñas y unos cinco a ocho minutos en las piezas que sean más grandes. Es muy importante que el horno esté a esta temperatura, sino los tiempos no serían éstos, y además no se formaría la costra de sal bien.

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Una vez que haya transcurrido el tiempo de horneado, sacamos y golpeamos la sal, vemos que van saliendo trozos enteros. Poco a poco iremos quitando la sal, con ayuda de una brocha limpiamos por encima del lomo.

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Vemos como la piel sale sin problemas, para ello cortamos en un extremo y tiramos de ella con cuidado.

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Con ayuda de una espátula sacamos el lomo.

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La otra parte de la dorada la sacamos quitando primero la espina, limpiando bien todas las vísceras que puedan quedar e, igual que el otro lomo, con ayuda de la espátula.

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Vemos que queda una carne muy jugosa y limpia de sal.

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