Son los primeros nísperos de la temporada, así que aprovechad para hacer esta rica mermelada. Las mermeladas son tan fáciles de hacer y quedan tan ricas, que merece la pena hacerlas. Es una forma de comer la fruta, y para los desayunos es ideal. Pero también para otros postres. Además de que siempre es más económico, porque nos salen varios tarros. Y, otra cosa más, al estar hecha la mermelada con la piel de la fruta, se puede decir que es integral. Con unas tostadas o un cruasán a la plancha queda delicioso.

Ingredientes:
2 kg de nísperos
1 kg de azúcar
Zumo de 1 limón
Normalmente las mermeladas son misma cantidad de fruta que de azúcar, pero a mí me parecen muy dulces, pongo la mitad y está bastante dulce, el correcto para mi gusto. Así que siempre la podéis probar antes de envasarla y añadir más, eso sí, luego cuando se enfría es más dulce.
Lavamos los nísperos bajo el chorro de agua.

Les quitamos el hueso y el resto lo vamos poniendo en una cazuela con el azúcar y el zumo de limón.

Dejamos cocer lentamente, el azúcar y la fruta harán que salga líquido suficiente para que se cueza sin problemas. Dejar que se haga durante unos 30 minutos comprobar que la fruta este blanda.

Batimos y volvemos a poner al fuego, esta vez hay que remover con más asiduidad. Ir comprobando que la consistencia es la que se quiere, para ello ponemos un poco en un platito y vemos cómo está, sobre todo cuando se haya enfriado. Probar de dulce también, como he comentado anteriormente.

Una vez esté a nuestro gusto, la iremos envasando en frascos bien limpios. Me gustan que sean pequeños, así se gasta la mermelada en menos tiempo y puedo ir cambiando con otras que tenga. Llenamos bien hasta el borde, ha de estar cociendo en la cazuela cuando se van rellenando. Los tapamos inmediatamente y los ponemos boca abajo, así lo hago yo.

Han salido cinco frascos, como podéis ver en la foto.

Tendremos unos paños o trapos para ponerlos sobre ellos y luego taparlos.

Que harán que queden bien envueltos. Los dejamos así hasta que se pierda todo el calor que tengan. Luego se guardan en un lugar seco y oscuro, o en la nevera. Duran mucho tiempo en la nevera.
