Mermelada de Albaricoque y Níspero

La mermelada de albaricoque sola de por sí, es muy rica. Si añadimos los nísperos le va a dar un toque diferente por la acidez de esta fruta, y esto hace que sea algo diferente, pero casi parece la misma mermelada, además no solo por el color que tienen ambas frutas, sino que parecen de la misma familia, de las rosáceas y de procedencia asiática, hacen que la combinación sea perfecta. Dentro de poco estarán estas frutas en el mercado, así que aprovechar la temporada.

Ingredientes:

500 g de albaricoques maduros

500 g de nísperos

500 g de azúcar

2 cucharadas de zumo de limón

Lavamos muy bien la fruta. Se puede cocer con su piel.

Les quitamos los huesos y los rabillos. Si se quiere se pelan los nísperos, pero no es necesario. Se ponen en una cacerola con la mitad del azúcar y el zumo de limón. Ponemos a cocer, removiendo de vez en cuando.

Irán soltando sus jugos y la fruta se irá ablandando. También saldrá una especie de espuma que hay que retirar. Seguir removiendo durante 30 minutos.

Batimos la fruta con la textura que más os guste, que se note más o no la fruta en trocitos o totalmente fina.

Añadimos el resto del azúcar. Seguimos removiendo, ahora un poco más a menudo, y a los 15 minutos probamos de dulzor, añadís un poco más de azúcar por si lo queréis más dulce, hay que tener en cuenta que luego cuando se enfríe estará algo más dulce.

A los 10/15 minutos comprobamos el espesor, para ello ponemos un poco de la mermelada en un plato y comprobamos su densidad, al volcar verticalmente el plato esta tiene que escurrirse lentamente.

Vamos llenando los botes que previamente ya tendremos preparados para ello. Con la mermelada cociendo, directamente los vamos rellenando hasta el borde y los tapamos inmediatamente.

Los iremos colocando boca abajo sobre un paño.

Una vez rellenados todos, los ponemos bien juntos.

Y a continuación los arropamos con este paño muy bien, para que así mantengan el calor por más tiempo.

Una vez estén totalmente fríos los guardamos en la nevera o en una despensa, pero siempre boca abajo.

Para las tostadas la mermelada está deliciosa, pero con una rebanada de bizcocho (y se tuesta un poco como si fuera pan) riquísimo.

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