No hay nada más bueno que un bizcocho casero y, para los amantes del chocolate, si lleva este ingrediente es ya el no va más. He de añadir además que la sensación olfativa de cuando se está cociendo en el horno e invade nuestro hogar, es fantástica, y también inolvidable. Son recuerdos para la posteridad que quedan en nuestra mente. Es muy sencillo, con seguir bien los pasos, medir las cantidades, y ponerle ilusión, sale seguro.
Ingredientes:
140 g de mantequilla
200 g de chocolate para postres
4 huevos
2 cucharadas de licor de naranja
200 g de harina
1 sobre de levadura en polvo
8 cucharadas de azúcar (160 g)
Encendemos el horno previamente antes de nada, debe estar a 190-200º C.
Ponemos en un bol, apto para el microondas, el chocolate troceado y la mantequilla.
Metemos al microondas, a 75% de su potencia, durante 2 minutos. Iremos comprobando si necesita más tiempo, todo dependerá de la temperatura que tengan los ingredientes, pero es preferible ir a poquitos. Cuando esté se mezclan ambos con una cuchara.
Mientras en una jarra ponemos el azúcar, el licor de naranja y los huevos.
Añadimos la harina junto con la levadura. Batimos con la batidora.
Incorporamos el chocolate y volvemos a batir.
Encamisamos un molde tipo cake, o bien lo forramos con papel de horno.
Echamos la masa y metemos al horno. La rejilla en la mitad de altura.
Dejamos que se hornee durante 30 minutos sin abrir el horno. Con una brocheta pinchamos y comprobamos si está ya listo. Si sale limpia es que el plum cake está, si sale algo manchado lo dejamos 5 minutos más.
Lo desmoldamos cuando se haya enfriado un poco. Dejamos que se enfríe del todo, lo ponemos en una bandeja y listo para comer.
Me gusta esa combinación de chocolate y licor de naranja, por lo cual copio la receta con entusiasmo, pero no podré decirte nada respecto a ella hasta que no encuentre una barra de chocolate.
Aun no hay que hacer cola para comprarlo pero, cuando llega, parece que le salen alitas: vuela. Y desde hace unas 3 semanas no lo veo. Menos mal que este año no he tenido un ataque de chocolatitis
Abrazo
Olga