La Semana Santa está cerca, así que comenzaremos a poner recetas típicas para estos días. Comenzamos con esta receta de albóndigas de bacalao, que no deberíamos dejar de hacer durante el resto del año, ya que están muy ricas, los niños las comen muy bien por lo tiernas y jugosas que son, además así contribuimos a que coman más pescado, y para las personas mayores son también una muy buena opción.
Ingredientes:
1/2 kg de bacalao desalado (ya limpio, sin espinas y en migas, se puede utilizar el que venden ya hecho migas)
2 huevos
ajo y perejil (para los que no les guste el sabor a ajo pueden utilizarlo en polvo así como el perejil en polvo también)
harina
pizca de azafrán (optativo, o colorante alimentario, para darle un bonito color, si es azafrán además un buen sabor)
aceite para freír las albóndigas
Para la salsa:
1 cebolla pequeña
pimienta negra
sal
2 cucharadas rasas de harina
ajo y perejil
Desalar el bacalao y desmigar, quitándole la piel y teniendo mucho cuidado de que no queden espinas, yo lo hago con las manos,es la mejor forma de detectarlas, reservar.
En un bol batir los huevos con el ajo y perejil picados muy menudo (o utilizar la otra versión de ajo y perejil en polvo). Añadir la pizca de azafrán, el bacalao y mezclar.
En una sartén ponemos el aceite a calentar. Tenemos un plato con la harina e iremos tomando con una cuchara porciones de la mezcla de bacalao y lo rebozamos con las manos y con cuidado (esta mezcla estará muy blanda) y lo vamos echando a la sartén, dorándolas por ambos lados, así sucesivamente hasta acabar con todo el bacalao y las iremos colocando en una cacerola baja y grande.
Se puede añadir la harina en la mezcla y tomar cucharadas y echarlo directamente a la sartén, como si fueran buñuelos, pero cuidado no os paséis con la harina, la suficiente como para que cuando las echéis en la sartén estas no se desparramen.
Las albóndigas, simplemente así, están muy buenas como aperitivo, fritas sin salsa.
Aquí podemos ver la diferencia de hacerlas de una u otra forma, de la primera forma quedan un poco más redondas.
Colamos el aceite de freír las albóndigas y lo usamos para hacer la salsa (sólo el suficiente para cubrir el fondo de la sartén). Picamos la cebolla y la pochamos, añadimos la harina y la rehogamos, añadimos un poco de agua, removemos bien y lo echamos a la cacerola.
En un mortero machacamos primero la pimienta negra y luego añadimos el ajo (cada uno puede poner la cantidad que quiera, yo pongo unos 8 a 10 granos de pimienta negra y 1 diente de ajo). Lo echamos a las albóndigas, añadimos el perejil bien picado y, por último, echamos agua sin llegar a cubrir del todo.
Poner a hervir durante 15 minutos aproximadamente, probar de sal y, si hiciera falta en el caldo, rectificamos. Si no nos gusta encontrar la cebolla, podemos hacer la salsa de la siguiente forma, una vez rehogada la cebolla con la harina y el poquito de agua, lo pasamos a un vaso batidor, batimos y luego volcarla por encima de las albóndigas. Es un plato muy rico, quedan muy suaves, jugosas y blandas, hecho el bacalao de esta forma hará las delicias de todos. Espero que os guste.
Si, claro que me gusta. Solo que por los momentos tengo nostalgia de la ensalada de Jueves Santo que se hacia en mi casa, asi quwe resolvi hacerla aunque no se donde voy a encontrar un trozo de bacalao seco de menos de 1 kilo de peso.
Puede que tu mami se acuerde de ello, pero hasta mediados del siglo pasado, sobre todo en las poblaciones del interior del país, no se encendia fuego ni Jueves ni Viernes Santos. Habia que cocinar el miercoles para esos dos dias……y no habian neveras. la del Viernes era escabeche de pescado carite. Con pan. Y en casa, donde si habia nevera, se conservaba la tradicion por exigencias de mi abuela., por costumbre y porque ambas cosas solo se comían una vez al año 😉
No tenía ni idea, me gusta oír estas historias. Ya me estás dando la receta de esa ensalada, porque si me gusta la hago. En cuanto al bacalao, dura bastante tiempo, así que puedes hacer varias recetas y hartarte de él.