Esta receta es muy fácil de hacer ya que la sal la venden ya ahumada y queda el salmón muy rico, tanto o más como el comprado, os recomiendo que hagáis este salmón ahumado.

Ingredientes:
Una pieza grande de salmón (se puede hacer la cantidad que se quiera)
Sal ahumada (especial para ahumar, se vende en paquetes de 1 kg)

El salmón ha de ser grande, para que salga mucho mejor y más rico, además de ser más jugoso por la grasa que tiene. La parte que a mi más me gusta es la zona central, ya que todas sus partes son igual de gruesas.

En la pescadería le pediremos al pescadero que nos lo limpie de espinas y deje los lomos bien limpios pero con su piel. Lavamos el salmón y lo secamos bien. Reservamos. Las instrucciones vienen en el dorso del paquete, pero no obstante os explico como se hace.

En un recipiente que sea un poco más grande que la pieza, cubrimos el fondo, colocamos el salmón encima con la piel hacia abajo, y volvemos a echar la mezcla de sal ahumada hasta cubrirlo por completo.

Tapamos y dejamos en la nevera durante 24 o 48 horas, dependiendo de si la pieza es fina o gruesa, hay que mirar al día siguiente por si ya está. Ya dependerá de como le guste el salmón a cada persona, más o menos tierno, pero se sabe porque al presionar con el dedo hay que notar una cierta dureza o resistencia. Ver instrucciones en el dorso del paquete de la sal ahumada.

Sacamos del recipiente, le quitamos toda la sal y lo lavamos bajo el chorro de agua fría muy bien.

Lo secamos con papel absorbente muy, muy bien.

Lo colocamos sobre una tabla de cocina y nos disponemos a quitarle la piel. Para ello situamos el cuchillo como se ve en la foto y realizando un movimiento en zig-zag y hacia delante, sin dejar que el cuchillo se separe de la piel.

Se debe comprobar que no hay espinas, se quitan con ayuda de unas pinzas, para que quede totalmente limpio a la hora de cortar y, sobre todo, a la hora de comer.

Lo taparemos con su propia piel, que lo mantendrá hidratado y así no se seca. Colocaremos el salmón  con la parte donde estaba la piel hacia abajo, y pondremos encima, sobre la que no la tenía, la piel que hemos quitado.

Guardamos en un recipiente con tapa y en la nevera un día completo.

Podemos cortar el salmón en lonchas finas, gruesas, en taquitos, se puede poner solo o acompañado, siempre estará delicioso.

Se puede servir cortado del modo que más guste, o de la forma que en la receta nos venga mejor.