Esta forma de hacer las judías queda genial, así no se pierde ninguna vitamina y todo queda justo para comer. Al cocerlas en su propia salsa con el jamón y el tomate queda un sabor más intenso y rico. Es sencilla y todo se va haciendo en un único sitio, así que ensuciamos pocas cosas.

Ingredientes (para 2 a 3 personas):

500 g de judías verdes

1 cebolla 

50 g de jamón  (serrano normal o ibérico, al gusto)

2 dientes de ajo

2 tomates grandes rojos y maduros

1 hoja de laurel

Aceite de oliva virgen extra

Pimienta recién molida

Sal

Comenzaremos lavando las judías verdes, cortando los extremos y, si fuera necesario porque ya vienen muy tiernas, quitamos la hebra que tiene en los lados. Las partimos en trozos iguales de unos 4 centímetros aproximadamente. Como podéis ver el corte que he hecho yo no es recto, es un poco al bies, así lo hacemos diferente. Reservamos.

A continuación pelamos los ajos y los hacemos láminas. Pelamos la cebolla y la cortamos en broinose, en cuadrados pequeños. Ponemos una cazuela al fuego con un chorro de aceite. Cuando esté caliente, pero no demasiado, añadimos los ajos y dejamos que se doren. Incorporamos la cebolla y dejamos que se rehogue a fuego medio durante 3 ó 4 minutos, hasta que la cebolla esté transparente. Añadimos el jamón troceado, que puede ser en lonchas o en trozos, al gusto. Rehogamos unos segundos.

Añadimos las judías y la hoja de laurel.

Incorporamos el tomate pelado y troceado.  Echamos agua.

El agua justa para cubrirlas.  Ponemos también un poco de pimienta negra recién molida y sal, al gusto, siempre podemos probar a mitad de cocción, pero hay que tener en cuenta que luego el agua va a desaparecer totalmente.

Dejamos cocer removiendo de vez en cuando y tapando la cazuela.  Cuando las judías estén casi hechas, destapamos y vamos dejandococer hasta evaporar el agua, removiendo de vez en cuando, hasta que estén tiernas. 

Es un plato que se puede realizar con antelación. Servir caliente.