Os dejo con esta receta que, la mayoría, se que hacéis normalmente, ya que es muy sencilla, pero he decidido ponerla porque a otras muchas personas les va a venir bien, sobre todo a los que inician sus andaduras entre fogones.

Ingredientes:

Pimientos rojos (morrones)

A la hora de elegir los pimientos optaremos por aquellos que sean grandes, rojos, mejor rojo oscuro, que pesen, de paredes lisas y estén brillantes, son los mejores para asar.

Lavamos bien los pimientos.

Los colocamos en una fuente para horno, los untamos de aceite y les echamos un poquito de sal. En la parte central del horno, a 180 – 200º C. El horno se ha de encender con antelación.

A mitad de cocción les damos la vuelta para que se hagan por el otro lado, con cuidado de no quemarnos. Han de estar una media hora aproximadamente por cada lado, depende del tamaño y de cómo nos gusten de hechos. Hay que ir observando de vez en cuando para conseguir el punto que deseamos.

Una vez hechos los ponemos en una ensaladera y los tapamos. Dejamos que se enfríen. Es para que se pelen mejor.

En las siguientes fotos vemos lo fácil que es pelarlos, en unos segundos.

1.- Vemos como la piel está despegada de la carne del pimiento.

2.- Tiramos de ella y se desprende con facilidad.

3.- Por último, vamos quitando las semillas y apartando el pimiento totalmente limpio en otro recipiente. Ya está listo para utilizarlo para cualquier plato.

Os aconsejo que cuando queráis hacer pimientos asados hagáis más de la cuenta, ya que congelan muy bien y aprovecháis la hornada.