Como podéis ver hay infinidad de bizcochos, a cual más rico, para tomarlos para el desayuno o la merienda, o para la ocasión que apetezca. Este lo he preparado con leche condensada y, como aroma, la ralladura de una lima, que se puede hacer con limón u otro aroma. Espero que lo disfrutéis junto con la familia.

Ingredientes:

1 yogur natural (puede ser azucarado y tomaremos como medida el vasito del yogur)

2 medidas de leche condensada

4 huevos

4 medidas de harina

1 sobre de levadura en polvo

1 medida de aceite de girasol

Ralladura de 1 lima

Encenderemos el horno antes de comenzar a hacer el bizcocho para que esté listo para cuando lo hayamos terminado de preparar.

Separamos las claras de las yemas en dos recipientes diferentes. Las claras las montamos con las varillas eléctricas, es más rápido. Reservamos.

En el otro bol donde están las yemas, añadimos el yogur y la leche condensada.

Añadimos el aceite.

Batimos con las varillas.

Añadimos la ralladura de la lima.

Mezclamos la harina y la levadura y la tamizamos. Mezclamos con la espátula.

El molde que he utilizado es rectangular, es más cómodo para forrarlo. Mojamos el papel de horno, cortado a la medida del molde, y lo escurrimos bien, quitando el exceso de agua. Lo colocamos en el molde. Esta forma de forrar el molde es porque así el papel se adapta de maravilla al molde.

Vamos integrando poco a poco las claras montadas, mezclando con la espátula en movimientos envolventes para que así quede más esponjoso.

Echamos la mezcla en el molde y metemos al horno. Unos 45 minutos a 180 grados.

Sacar y dejar que se enfríe. Luego retiraremos el papel, que se despegará con mucha facilidad.