Es como el membrillo, y se hace exactamente igual, la ventaja es que manzanas se tienen durante todo el año, pero los membrillos son de temporada. Estas manzanas son también de temporada, lo digo porque me las han dado, así que he aprovechado para hacer este dulce. Sí que os digo una cosa, que si lo hacéis no os vais a arrepentir, queda genial y muy rico. A nosotros nos encanta con el queso y, como podéis ver en los ingredientes, son tres nada más.

Ingredientes:
1.250 g de manzanas
600 g de azúcar
Zumo de 1 limón
Las manzanas que he utilizado son estas de la foto. Son ácidas como las reinetas, pero no son las reinetas, la verdad es que no sé bien qué tipo de manzana es, no lo pregunté. Las lavamos bien.

Hacemos el zumo de limón y lo echamos en la olla donde se va a hacer el dulce. Mientras vamos cortando la manzana en cuartos, le quitamos el corazón y las troceamos. No hay que pelarlas. Según las vamos incorporando las vamos revolviendo en el zumo de limón para que no se oxiden demasiado. El peso que he puesto en los ingredientes es al completo, luego será menos al quitar el corazón.

Una vez que ya las tengamos todas troceadas las ponemos al fuego.

Añadimos el azúcar y vamos removiendo para que el azúcar se vaya disolviendo.


Una vez que la fruta esté tierna, unos 40/45 minutos, batimos bien con la batidora.

Seguiremos cociendo a fuego lento unos minutos más y viendo que la consistencia que va adquiriendo es ya más espesa, que no quede ligera porque entonces nos quedará como una crema y de lo que se trata es que quede más cuajado, más duro.

Verter en recipientes y dejar enfriar, luego tapar y guardar en la nevera. Con esta cantidad de manzanas han salido estos dos recipientes. Y rico, rico.
