Me han regalado unos higos. Cuando los probé estaban tan ricos que me dieron unos pocos para hacerlos yo, así que aquí está la receta tal y como Gloria me ha explicado (ella es la que me los ha dado). Son higos de su higuera, o higueras, no recuerdo si eran una o más. Una vez recogidos los ponen a secar tapados con una tela para que estén protegidos de los insectos. Luego los guardan en un sitio fresco, si no, se pueden tener en el frigorífico y se mantienen muy bien. Así los tengo yo, en la nevera, y los voy haciendo en pequeñas cantidades.
Ingredientes:
Higos secos
Harina
Así son los higos cuando los he recibido, están secos. Pero una vez se preparen es cuando realmente se llaman “Higos secos”, o es como se compran en los comercios.
Ponemos agua a hervir. Una vez que rompe el hervor echamos los higos. Los dejamos, hasta que vuelve a hervir, un par de minutos. Este paso, según me ha dicho ella, es el que hacía su padre para matar al bicho, y así tal y como me dijo, os lo traslado a vosotros.
Los escurrimos.
Y los ponemos sobre papel absorbente, y otro encima para secarlos.
Los pasamos a un paño limpio, para que terminen de quitarse la humedad.
En un recipiente, si es metálico, de esos que no dejan pasar la luz, mejor. Yo no tenía. Añadimos un poco de harina.
Metemos los higos y agitamos para que todos se queden impregnados de harina. Me parece que hay personas que no lo hacen, prefieren dejarlos sin harina. Como he dicho, yo fiel a las instrucciones que me dieron. Luego a la hora de comerlos la harina no se nota en absoluto. Y es así como se encuentran cuando se compran.
Listos para comerlos. Hay que agitar el tarro donde están los higos de vez en cuando para que sigan impregnados de la harina. La verdad es que están muy ricos y tienen muchos beneficios.