En esta ocasión hay que trabajar un poquito más para hacer esta torrija, pero queda tan, tan rica y tan, tan bonito el plato que merece la pena. Si se va a celebrar un día especial, aunque no sea en Semana Santa, que parece que este postre solo se puede hacer en estas fechas, vais a quedar estupendamente, y es que parece un postre de restaurante, pero de los caros. Y aprovechando la receta anterior de Torrijas a la Plancha, esta receta también la he preparado así. Para esta ocasión preparé tres torrijas. Decir que tienen que estar recién hechas para este postre, al hacerlo de esta forma quedan realmente como en un restaurante.

Ingredientes:
Pan de leche
Leche
Huevos
Azúcar
Galleta de avena (o similar)
Natillas
Azúcar glas
Helado de vainilla
Chocolate líquido
Aceite de girasol
Las natillas las podéis hacer o comprar, y si las hacéis pueden ser de huevo o de sobre, como mejor os venga.
Vamos recortando el exterior de los panecillos de leche, dejando solo el interior.

En la leche ponemos un par de cucharadas de azúcar y removemos bien para que se disuelva. Es mejor dejar enfriar la leche después, ya que estos panecillos son muy tiernos y la leche caliente los puede deshacer.

Ponemos los panecillos en un recipiente y los cubrimos con la leche. Dejamos que empape bien. Quedan tan tiernos que hay que manipularlos con cuidado.

Las dejamos en un colador para que se vaya el exceso de leche y repose un poco.

Mientras ponemos un par de galletas en el mortero y las machacamos. Reservamos para el final, para decorar el plato.

Batimos los huevos y vamos pasando los panes de leche por todas partes.

Ponemos un poco de aceite en una sartén antiadherente y cuando esté caliente, pero no demasiado, vamos poniendo las torrijas a que se hagan a la plancha. Las doramos por ambas partes.

Reservamos mientras montamos el plato. Ponemos un poco de azúcar glas por encima de las torrijas justo antes de montar el plato.

Ponemos una base de natillas, colocando encima una torrija y una bola de helado.

Espolvoreamos con la galleta, por todas partes, la cantidad al gusto.

Y ya, por último, echamos chocolate líquido por encima y llevar a la mesa a degustar este rico postre.
