Para esta receta utilizaremos chuletas de cordero, pero no lechales, ya que es una pena no hacerlas a la plancha y saborear su carne y lo tiernas que son. Tampoco digo que sean chuletas de corderos ya muy grandes, así que nos quedamos con el recental, el que está en mitad entre el uno y el otro. Es decir, lo explico un poco, podemos encontrarnos tres tipos de cordero, según tamaño y peso, así tenemos el cordero lechal con una alimentación de leche materna, un tiempo de 45 días, más o menos, tiene un sabor muy suave y suelen pesar unos 5 kilos en canal (medio cordero). Luego tenemos el recental, que ya ha comido hierba, con un tiempo de hasta 100 días, ya tiene más sabor a cordero y suelen pesar unos 7 a 13 kilos en canal, este me gusta y suelo buscarlos pequeños, que casi son lechales y el precio se nota. Por último tenemos el pascual, es de sabor mucho más intenso a cordero, tiene más de 100 días y pesa más de 13 kilos en canal. Este último es el que se suele utilizar en el resto del mundo.
Ingredientes:
Chuletas de cordero recental (o al gusto)
Pan rallado
Perejil
Huevos
Ajo
Sal y pimienta molida
Aceite
Es tan simple como añadirle al pan rallado el perejil y el ajo muy picado. Se pueden añadir otras hierbas, en seco o frescas. Mezclar bien.
Batimos los huevos y sazonamos las chuletas con sal y pimienta recién molida. Pasamos las chuletas de cordero primero por el huevo.
A continuación por el pan rallado con la mezcla de hierbas y ajo.
Ponemos en una sartén aceite para freírlas, como un centímetro a centímetro y medio para que cubra el fondo. Cuando el aceite esté caliente las vamos friendo por tandas. Cuando un lado esté dorado, como uno dos minutos más o menos, les damos la vuelta para dorarlas por el otro lado.
Una vez fritas las pasamos a un plato con papel absorbente para quitar el exceso de aceite. Ya están listas para pasarlas a una fuente y a la mesa.