Las mollejas de cordero se encuentran dentro de los productos que se venden en casquería, así que donde las compréis ha de ser un buen sitio, de confianza, porque deben ser muy frescas. Pero no mucha gente sabe que las mollejas de cordero son sólo de los corderos que están mamando, y que cuando son adultos, y empiezan a comer así como ellos, desaparecen. Lo que sí os digo es que aportan un montón de minerales, como hierro, fósforo, zinc y magnesio, además de mucha proteína muy buena a nivel nutricional y vitamina B, y muchas cosas más. Comentar también que es bastante cara cuando se toma en los restaurantes (también cuando se compra para hacerlas) y que está muy rica. Y para que esté rica hay que hacerla bien hecha, que queden doradas y ligeramente “crujientes”. En casa nos gustan mucho, y se pueden hacer de varias formas, ya os pondré más recetas.

Ingredientes:

Mollejas

Aceite de oliva virgen extra

Sal

Estas son las mollejas de cordero. Personalmente me gusta ponerlas en un recipiente con agua fría en la nevera durante unas horas (por lo menos dos o tres horas mínimo), de esta forma quedan mucho más blancas. Si tienen alguna telilla o pielecilla se le quita.

Una vez lavadas y bien secas se trocean, que no sean porciones muy grandes, pero tampoco diminutas. Comenzamos calentando muy bien la sartén, no se pone nada de aceite. Cuando esté bien caliente se echan las mollejas.

Soltaran un poco de agua, pero no importa, se siguen haciendo hasta que la hayan perdido por completo, en la sartén comenzará a formarse una costra en el fondo y las mollejas comenzarán a dorarse en su propio jugo. Es el momento de retirarlas y un momento.

Ponemos en la sartén un chorro de aceite, sin limpiarla, tal cual está. Y cuando este el aceite caliente volvemos a incorporar las mollejas dentro. Las vamos salteando hasta conseguir que se doren bien por todas partes. Si no las hacemos bien, quedarán como crudas en su interior y no estarán igual.

Sacar, añadir sal por encima y remover para que llegue por todas partes. Servir enseguida, recién sacadas de la sartén.