Esta tapa cuando  la probé me encantó, así que tenía que hacerla, es lo que suelo hacer, no puedo remediarlo. Me puse “manos a la obra”, como dice el dicho, y aquí tenéis la receta. Es mi versión, no sé si es la que hacen ellos, ya que no se puede preguntar cómo lo hacen, pero ha quedado muy buena, si la mejoro ya os lo diré, aunque lo dudo. A todos aquellos que les gustan las tapas tipo torreznos, oreja, etcétera, seguro que les va a encantar. Tiene su tiempo, es natural, y lo único que creo es que es mejor es hacerlo en una freidora, si la tenéis. Probadla y ya me contáis si os ha gustado.

Ingredientes:

Rabo de cerdo

Laurel

Granos de pimienta negra

Sal

Aceite

En primer lugar lavamos bien los rabos. Como se puede ver solo se utilizará lo que es la parte del rabo con piel. Y los ponemos en una olla con agua y sal gorda.

Le añadimos el laurel y la pimienta. Dejamos cocer durante unos 30 minutos. Los dejamos en la olla, aprovechando el calor de la vitro, hasta que pierda la temperatura. Una vez que se haya enfriado, los sacamos y los secamos muy bien, esto último es muy importante.

Los cortamos en porciones. Hay que saber que el hueso del rabo es como la espina dorsal, de hecho es el final de la espina dorsal, así que entre vértebra y vértebra hay una almohadilla que es gelatinosa y es por donde hay que cortar. Es muy fácil en cuanto lo sabemos. Se ve en la foto que el corte es limpio.

Ponemos una sartén honda con aceite y, cuando esté caliente, echamos los rabos. Hay que tener una tapa porque salta, por eso creo también que la freidora es mejor. Remover de vez en cuando.

Una vez que estén bien dorados, sacamos y añadimos sal por encima. Servir inmediatamente y a disfrutarlo.