Este consejo es de lo más fácil y sencillo que hay. Es para moldes cuadrados o rectangulares. Así que aquí os lo dejo para que lo veáis, aunque seguramente muchos ya lo conocéis, pero por si hay algunos que aún no lo desconocen. No obstante en el A, B, C … de los Consejos, en la sección Hogar – Así es más fácil, encontraréis algunos más.
Cortamos papel de horno a la medida del molde que vayamos a utilizar. Colocamos el molde boca abajo para medirlo, y porque en esta posición vamos a hacer el resto, es mucho más fácil y mejor.

Una vez hecho le vamos a ir doblando las esquinas para acoplar bien la forma. Para ello vamos a marcar los vértices, como si fuera un regalo.

Luego doblamos el papel de horno hacia adentro y presionamos con fuerza e insistencia para que se mantenga esa doblez.

Volvemos a dar la vuelta al molde e introducimos el papel de horno con la forma exacta de su interior. Se puede humedecer el fondo del molde para que tenga mejor adherencia y quede totalmente pegado al molde.

Listo para poner la mezcla dentro y hornear el bizcocho.
