Ahora, en este tiempo, apetecen los platos de cuchara, y las legumbres son una buena opción, no solo para tener una buena alimentación, sino porque están muy buenas, son sanas, y al final, y algo muy importante, son económicas, porque con poca cantidad comen más. Es un primer plato que casi se puede convertir en único, con una buena ensalada y una o dos piezas de frutas después, estamos más que servidos. Esta calabaza que he utilizado es blanca, la tenían en el mercado ese día, aunque la clásica es de color naranja, cualquiera de ellas está muy buena.

Ingredientes (para 4 personas):

80/100 g por persona de judías negras o pintas

300 g de calabaza

2 zanahorias

250 g de lacón (en una pieza)

1 punta de jamón

1 cebolla

1 tomate grande rojo 

3 dientes de ajo

2 hojas de laurel

1 cucharada de pimentón dulce

Aceite de oliva virgen

Sal

Ponemos en una cacerola las judías, previamente puestas en remojo la víspera, 12 horas más o menos. La punta de jamón, el lacón, la zanahoria pelada y troceada, los ajos y el laurel. Cubrimos con agua fría y la ponemos a la lumbre a fuego medio.

En una sartén ponemos un chorro de aceite a calentar. Picamos finamente la cebolla y la echamos a la sartén. Dejamos que se haga la cebolla lentamente. Una vez esté tierna añadimos la calabaza en dados y la dejamos hacer durante cinco minutos.

Rallamos el tomate y lo añadimos. Le ponemos un poco de sal y seguimos removiendo de vez en cuando.

Cuando esté hecho incorporamos el pimentón, dejamos un par de minutos.

Volcamos el sofrito con la calabaza en la cacerola, que ya habrá estado cociendo una hora más o menos, y removemos. Dejamos que siga cociendo hasta que estén las judías tiernas. Probar de sal.