Ahora estamos en temporada de ajetes, así que es bueno aprovecharlo. Esta vez he hecho la tortilla añadiendo ajetes. Ha quedado rica, y he de decir que los ajetes no tienen el sabor de los ajos, es mucho más suave. A los ajetes se les llama también ajos tiernos, porque no están maduros y se recogen antes de tiempo, antes de que se formen los dientes de ajo (podéis verlo en las fotos que os muestro en el consejo que os cito más abajo), ese pequeño bulbo blanco luego serán los ajos, que se llenará después de dientes y formará la cabeza de ajos.
Ingredientes:
500 g de patatas
1/2 manojo de ajetes (si es pequeño uno entero)
1/2 cebolla tierna (si es pequeña una entera)
2 huevos grandes
Aceite de oliva
Sal
Limpiamos los ajetes (ver consejo). Cortamos la cebolla finamente, y lo mismo con los ajetes. Ponemos una sartén con un buen chorro de aceite, que haya como dedo y medio, más o menos. Cuando esté el aceite caliente añadimos la cebolla y los ajetes, y lo bajamos a fuego medio-bajo.
Mientras, pelamos las patatas, las lavamos y las cortamos en rodajas finas. Las añadimos a la sartén, ponemos una cucharadita de sal y subimos un poco el fuego. Vamos removiendo de vez en cuando hasta que la patata esté tierna, como una media hora o un poquito más, dependerá de la patata y del grosor que se haya cortado.
Una vez hecha la escurrimos bien.
Batimos los huevos y añadimos una pizca de sal. Volcamos las patatas ya escurridas.
En una sartén pequeña, ponemos una cucharada del aceite de hacer las patatas. Cuando esté caliente echamos la mezcla. La dejamos medio minuto y bajamos el fuego para que se cuaje lentamente, durante uno o dos minutos.
Ponemos un plato sobre la sartén y le damos la vuelta.
Volvemos a poner otra cucharada de aceite en la sartén, esperamos a que esté caliente y ponemos la tortilla por el otro lado. Hacemos lo mismo que con el otro lado. Si os gusta menos cuajada sólo hay que dejarla menos tiempo de cada lado.
Para que la tortilla quede con el borde redondeado es conveniente hacer lo siguiente con una cuchara, pasarla alrededor de la tortilla por su lado más cóncavo nada más darle la vuelta, como se ve en la foto.
La ponemos sobre un plato y lista para comer.