A veces me dicen si se pueden hacer unas croquetas sin la leche, por la lactosa, y por supuesto que sí. En este caso las he preparado con salmón, pero si se hace con otro ingrediente como puede ser jamón, es cuestión de hacer un caldo con unas puntas de jamón y utilizar este caldo por la leche. Quedaron muy ricas, con una textura muy suave y, naturalmente, con sabor a salmón. Lo digo porque obviamente no son las clásicas croquetas de jamón, al que se suele estar acostumbrado. Solo digo que si os gusta este ingrediente las vais a disfrutar, pero que se pueden hacer con cualquier otro ingrediente, siempre haciendo un caldo de ese ingrediente para que tengan más sabor.

Ingredientes:
150/200 g de salmón fresco
1 litro de caldo de Salmón (preparado con la cabeza y la raspa)
1 cebolla tierna pequeña
125/130 g de harina
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Además:
Harina
Huevos
Pan rallado
Aceite para freír las croquetas
Primero hice un caldo con la raspa y la cabeza, puse la cantidad de agua que más o menos iba a necesitar, y dejé que hirviera suave unos 20 a 25 minutos. Los últimos minutos incorporé la pieza de salmón para que se cociera lo justo, para que quedara más jugoso.
Picamos la cebolla muy finamente. En una sartén ponemos aceite, un buen chorro, que cubra el fondo de la sartén. En cuanto el aceite esté caliente echamos la cebolla y la dejamos que se vaya haciendo suavemente, que se poche pero que no se dore, que quede blanca.

Añadimos 5 cucharadas de harina colmadas (es más o menos el peso que indico en los ingredientes), añadimos también un poco de sal, y rehogamos durante varios minutos, para que la harina se tueste ligeramente.

Vamos incorporando el caldo, que pasamos por un colador, y vamos removiendo. Según vaya espesando iremos añadiendo más caldo.

Una vez que hemos incorporado el caldo, batimos bien para que quede fina la crema de las croquetas. Probamos de sal y rectificamos por si se necesita más, es preferible no poner mucha sal al principio.

Volvemos a poner al fuego y echamos el salmón, ya previamente limpio de espinas y de piel. Según vamos removiendo la masa se irán partiendo en diferentes tamaños. Estaremos removiendo esta masa como unos 5 minutos, así estará más cremosa.

Volcamos la masa en un recipiente, dejamos que se enfríe y metemos al frigorífico para el día siguiente.

Ponemos en un plato harina para rebozar las croquetas en primer lugar. Luego batimos un par de huevos y vamos pasándolas por él, a continuación por el pan rallado y las vamos dejando en otro recipiente.

Ya las tenemos listas para freírlas.

Ponemos en una sartén una buena cantidad de aceite. Cuando esté caliente vamos echando por tandas y las vamos dorando por todos lados.
