Todo lo que es a la gallega suele componerse del ingrediente principal, patatas cocidas, pimentón, aceite y sal. Luego puede haber variantes en la forma de la cocción, cocido, al vapor, a la plancha, añadiendo algún ingrediente más, o incluso puede no llevar patatas, como es el pulpo a la gallega, que puede ser con o sin patatas. En este caso el ingrediente principal es el rape, un pescado que me encanta, no tiene espinas, es de carne firme y su sabor es muy rico.
Ingredientes:
Rape (2 o 3 rodajas por persona)
Patatas (1 por persona, más o menos)
Huevos cocidos (1 por persona)
Guindilla cayena (optativo)
Pimentón de la Vera (dulce y picante, éste último optativo)
Aceite de oliva virgen extra
Sal gruesa
Las patatas las vamos a hacer al vapor, es como más ricas quedan, ya que mantienen todo su sabor, no como cuando se cuecen, pero pueden ser cocidas. Pelamos las patatas, las lavamos y hacemos rodajas de no más de 1 centímetro. Las colocamos en la vaporera y dejamos que cuezan por unos 20 minutos o más, dependiendo de la patata, de la cantidad que se haga, ya que entonces se pondrán más capas y eso hará que necesite más tiempo. Pinchar para comprobar que están cocidas. Una vez echas se pone sal por encima. Esta cantidad que veis es para dos personas.
Sin embargo el pescado lo voy a hacer a la plancha, aunque se puede hacer al vapor, simplemente colocándolo sobre las patatas y dejar un tiempo más hasta que se haga el pescado. Sazonamos el rape. Ponemos una sartén al fuego con un poco de aceite. Cuando esté caliente hacemos el rape unos dos minutos por cada lado aproximadamente. Este paso de hacer el rape lo haremos justo cuando la patata esté hecha.
Por otro lado ponemos en una sartén pequeña un chorro de aceite a calentar. Pelamos los ajos y los laminamos. Cuando el aceite esté caliente los añadimos junto con la cayena.
Colocamos en el plato una base de patatas, sobre ella en un lado el rape y en el otro el huevo en rodajas.
Espolvoreamos con el pimentón. Se puede mezclar ambos o poner solamente el pimentón dulce, al gusto.
Echamos por encima la ajada con su aceite.
El plato está listo para comer. Nada más hacerlo hay que llevarlo a la mesa para que conserve su calor. Se puede poner en la mesa la aceitera y el pimentón por si alguien desea más de estos ingredientes.