Algo tan sencillo y tan barato hay que hacerlo, porque está super bueno, para acompañar o como aperitivo os lo recomiendo. Además está más rico que en los restaurantes, siempre lo digo, pero es verdad, sobre todo porque al hacerlos vosotros mismos sabéis qué es lo que lleva, cómo se hace, y los productos que vais a utilizar siempre son mejores.

Ingredientes:

Cebolla dulce

Harina de tempura

Harina normal

Sal

Aceite de girasol

Agua muy fría

Cortamos la cebolla en rodajas, después de quitarle la parte externa, es decir, las dos primeras capas. Que no sean de un grosor excesivo. Separamos todos los aros, que queden sueltos.

Ponemos harina normal en una bolsa, apta para alimentos, y añadimos un poco de sal (la sal se puede añadir también en la tempura). Introducimos los aros y los rebozamos bien, sacudiendo la bolsa.

Preparamos la tempura, en un bol ponemos unas tres cucharadas de harina de tempura, y poco a poco vamos añadiendo el agua fría, muy fría, vamos mezclando hasta que hayamos conseguido una crema clara.

Vamos pasando los aros que teníamos rebozados en harina normal por esta tempura. El pasarlos antes por harina es para que la tempura se pegue mejor a la cebolla.

Con el aceite bien caliente vamos echando los aros de cebolla, con cuidado de no quemaros.

Una vez se hayan frito por todas partes los retiramos a un plato con papel absorbente. Listos para comer.