Estos pimientos están de vicio, muy ricos, y la salsa está para mojar pan. Son ideales para acompañar a las carnes, pescados, …., o solos, como más os guste, son deliciosos. Se pueden tener preparados con antelación e incluso hacer cantidad porque guardados en la nevera, en un recipiente hermético, pueden conservarse muchos días. Además en cuanto veáis el paso a paso comprobaréis lo fácil que es esta receta.
Ingredientes
1 bote grande de pimientos del piquillo
Aceite de oliva virgen extra
5 ó 6 dientes de ajo
Sal
3 cucharaditas rasas de azúcar
1 vasito de vino blanco
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Cortamos los pimientos del piquillo por la mitad y esa mitad a su vez por la mitad, como muestra la foto. Si tienen semillas en su interior las retiramos. El jugo de los pimientos lo reservamos.
Hacemos en láminas gruesas los dientes de ajo. Los ponemos en una sartén con un buen chorro de aceite y ponemos a fuego lento, deben de hacerse muy despacio los ajos, se hacen pero no se doran casi nada, porque si los freímos fuerte luego se deshacen.
Echamos los pimientos y los dejamos igual, a fuego lento, le ponemos sal y le añadimos el jugo que habíamos reservado de los pimientos, pero colado por si hubiera alguna pepita en él. Lo dejamos así unos 10 minutos.
A continuación le añadimos el azúcar y el vino blanco, dejando cocer muy lento y moviendo suave de vez en cuando otros 20 minutos.
Tenéis el plato acabado en la foto de arriba, espero que os guste.
Qué buenos. Los haré así. Nunca los había hecho con el azúcar y el vino. Gracias 🙂