Una receta más de filetes rusos, esta vez con queso parmesano. Es uno de los platos favoritos de los niños, y de los no tan niños, que se los comen sin rechistar. Contiene muchas proteínas, y se puede acompañar con unas patatas fritas o con una ensalada, o quizás con un puré de patatas o unas verduras salteadas, o también con una salsa de tomate o un rico pisto, cómo podéis ver las combinaciones son muchas.

 

Ingredientes:

500g de carne (ternera, cerdo o mixta, al gusto)

2 huevos

2 cucharadas de perejil fresco picado

2 dientes de ajo

2 cucharadas de miga de pan

2 cucharadas de leche

Pizca de pimienta negra recién molida

1/2 taza de queso parmesano rallado

Harina para rebozar

Aceite de oliva virgen extra

1 cucharada rasa de sal

En un bol ponemos los huevos, el perejil picado y el ajo picado, ambas cosas muy fino. Batimos  bien.

Añadimos la miga de pan y la leche. Removemos bien.

Incorporamos el queso, la pimienta y la sal. Batimos de nuevo.

Y, por último, añadimos la carne. Mezclamos muy bien el conjunto y lo dejamos tapado durante media hora.

Ponemos en una sartén aceite suficiente para freír, como dos dedos de altura. En un plato ponemos harina y vamos haciendo los filetes. Seguimos estos cuatro pasos, con una cuchara vamos tomando porciones de carne.

Lo embadurnamos con la harina por todas partes.

Vamos aplastando poco a poco con las manos, dando forma al filete.

Hasta que quede fino y de un tamaño al de nuestra palma de la mano, más o menos, el tamaño es al gusto.

Los vamos friendo por tandas, dejamos un o dos minutos por cada lado. El fuego o temperatura no tiene que estar muy alto, si no se dorarán por fuera y quedarán crudos por dentro.

Los pasamos a un plato con papel absorbente, y de aquí a una fuente. Servir recién hechos, es como más ricos están, pero fríos e incluso de un día para otro también están buenos.