Ingredientes:
500g de harina
250 cl de leche
3 cucharadas de aceite
2 cucharadas de azúcar
la punta de una cucharada de sal
2 g o 1 unidad de levadura fresca
2 yemas de huevo
la corteza rallada y su zumo de una naranja
Del total de la leche, templamos un vaso pequeño y añadimos la levadura, la disolvemos y añadimos una cucharada de harina. Este paso lo hacemos la noche anterior.
Calentamos el resto de la leche, ha de estar tibia, y le añadiremos el azúcar, la sal y la mezcla con la levadura que habíamos preparado la noche anterior. Dejamos reposar unos 10 minutos. Una vez transcurrido este tiempo vamos a añadir las yemas ligeramente batidas, la ralladura, el zumo y el aceite.
Mientras tamizamos la harina, este paso es importante para que no se formen grumos y la masa quede fina. Amasamos todos los ingredientes hasta que queden todos bien mezclados.
Pondremos la masa a reposar en un recipiente, previamente untado con aceite, y en un lugar templado, para que la masa crezca mejor. Para que no se forme una costra en la masa la untaremos por encima también con aceite. Tapamos con film transparente y dejamos reposar por unas tres horas. Vemos en las fotos como la masa dobla su tamaño.
Una vez transcurrido este tiempo volvemos a amasar, pero sólo un poco. Ponemos la masa en un molde de los de hacer pan o plumcake, y dejamos reposar otros 45 minutos más. Podemos observar en las fotos como sube la masa.
El horno estará encendido como mínimo unos 15 minutos antes de hornearlo. Se pondrá a una temperatura de 200ºC y dejamos cocer por media hora aproximadamente, para comprobarlo pinchar la masa como se haría con un bizcocho.
Es un pan muy rico, aromático y que nos sirve tanto para comer en el desayuno con mermeladas como si fueran tostadas o para platos salados. Queda un corte muy bonito.