Las torrijas son un postre típico de Semana Santa, hoy os dejo con una versión nueva, esta vez rellenas de chocolate, aunque no se si sabéis que ya tenéis en el listado de recetas (A, B, C … de las Recetas 1) otras versiones de este postre. Hay que reconocer que las clásicas serán siempre las número uno, pero tenemos que ir probando cosas nuevas para que sea más variadas las opciones y así hacer a otras elaboraciones que pueden llegar a gustar más a otras personas. No son para nada complicadas de hacer y merece la pena mantener las tradiciones para que nuestros hijos, o nietos, tengan ese recuerdo y sigan con la tradición de estas elaboraciones, de todas ellas, y ellos a su vez las trasmitan.
Ingredientes:
Pan del día anterior
Leche entera
Huevos
Aceite de girasol
Azúcar
Chocolate para postres
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No pongo cantidades en los ingredientes porque se pueden hacer las que se quiera. El pan que he utilizado es una baguette, porque así las rebanadas son más pequeñas, son más fáciles de manejar y son de dos bocados, e incluso de un sólo bocado para algunos.
En un cazo ponemos la leche, en peso sería la mitad de leche que de chocolate, y cuando vaya a comenzar a hervir se retira y se añade el chocolate en trozos. Vamos removiendo suavemente hasta que quede totalmente disuelto. Dejamos enfriar.
Comenzamos cortando el pan en rebanadas no muy gruesas, ya que se van a utilizar dos por cada torrija, más o menos de 1 centímetro o poco más. En un recipiente ponemos las rebanadas de pan y las cubrimos con la leche, que ha de estar del tiempo. Las dejamos ahí para que se empapen bien y luego les damos la vuelta con cuidado para que se empapen por el otro lado. Hay que tener cuidado de no romper el pan y si vemos que ha absorbido toda la leche se le añade más si es necesario.
Una vez las rebanadas estén empapadas con la leche las vamos poniendo en otra fuente. Vamos poniendo un poco del chocolate a la mitad de ella, ya que la otra mitad serán las que las cubra.
Las cubrimos con las rebanadas que están sin el chocolate.
Batimos un par de huevos, si veis que son necesarios más se van batiendo más. Pasamos las torrijas con cuidado por el huevo. Aquí si os aconsejo que lo hagáis con las manos, ya que son tan delicadas al estar empapadas y ser dobles, que se pueden sino romper si deslizar una de otra y dejar de estar unidas, con lo que sería un desastre.
Una vez estén bien rebozadas con el huevo las pasamos a una sartén que ya tendremos lista con abundante aceite caliente, tienen que flotar en él. Dejamos que se hagan por un lado y luego le damos la vuelta para que se doren por el otro.
Una vez hechas las pasamos a un plato con papel absorbente.
A continuación las pasamos cada una por azúcar, rebozándolas por todas partes.
Las vamos colocando sobre la fuente donde se vayan a servir. Así quedan las torrijas, jugosas y con una sorpresa de chocolate en su interior.