Son ya varias las pizzas de este tipo que he puesto en el blog, y he de deciros que a todos los que las van haciendo les está encantando, sobre todo a los hijos, y a los que son ya mayores que se las pueden hacer ellos no os quiero ni contar. Y las personas que las han comido en mi casa también. No son difíciles de hacer, se pueden hacer con los ingredientes que más os gusten, os seguro que es una muy buena idea probarlas. Para los que las hayan probado os pido: dejad un comentario para los indecisos.
Ingredientes:
Tortillas de trigo (envasadas)
Salsa de tomate
Pavo cocido
1 bote de alcachofas mini (las pequeñitas)
Queso mozzarella rallado
Aceitunas
Orégano
Ponemos una sartén, aproximadamente del diámetro de las tortillas, a fuego mínimo. Según se va haciendo iremos añadiendo los demás ingredientes. Primero la salsa de tomate, que puede ser casera o comprada, y la extendemos sin llegar a los bordes de la masa. Espolvoreamos con orégano por encima. A continuación vamos colocando por toda la superficie de la tortilla el pavo cortado en trozos.
Añadimos las alcachofas bien escurridas y partidas en dos a lo largo, que las iremos colocando boca abajo. Vamos alternando el espacio con aceitunas, estas son malagueñas y de Jaén, ambas están muy ricas, pero podéis poner las que más os gusten.
Ponemos el queso mozzarella rallado por encima, al gusto de cantidad.
Tapamos con una tapadera, si es de cristal mejor porque así vamos viendo como va sin necesidad de levantar la tapa.
Cundo el queso esté fundido es un indicador de que ya está o casi. Se comprueba levantando un poco la tortilla de trigo, si vemos que esta dorada por abajo es que está lista, si no la dejamos un poquito más. Os recuerdo que el calor ha de esta muy bajo, porque sino se hará por abajo, o se os quemará, sin que esté el queso fundido. A comer pizza casera, rápida de hacer y muy rica.