La tortilla de patatas es un clásico que gusta a casi todo el mundo, luego está que a cada uno le gusta de una forma determinada, más o menos cuajada, con o sin cebolla, gorda o fina, la forma de cortar la patata, si poner la sal con las patatas o solo con los huevos, ….. En fin que cada uno elija cómo le gusta. Luego están los diferentes tipos de tortillas, la básica es la de patatas y huevo, luego se le pueden añadir otros ingredientes, otros rellenos, en esta ocasión os recomiendo esta versión porque realmente está deliciosa, os sorprenderá.
Ingredientes (para una tortilla):
3 Patatas
1 Berenjena mediana
1/2 Cebolla tierna
1/4 Pimiento rojo
4 Huevos
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Comenzamos picando la cebolla y el pimiento rojo. Ponemos una sartén al fuego con un poco de aceite y cuando esté caliente echamos la cebolla y el pimiento.
Mientras se va haciendo a fuego lento, pelamos la berenjena y la troceamos. La incorporamos a la sartén. Ponemos una pizca de sal.
Vamos pelando las patatas, las lavamos y las cortamos en rodajas finas. En otra sartén ponemos como un par de dedos de aceite y, cuando esté caliente, le echamos las patatas. Vamos dando vueltas a los ingredientes de ambas sartenes, que se vayan pochando las verduras y friendo las patatas, todo lentamente. Casi al final le añadimos un poquito de sal a las patatas. Cuando estén hechas, es decir tiernas, las ponemos en un colador para que escurran bien y quitar el exceso de aceite.
Incorporamos las patatas a las verduras y les damos vueltas para que se mezcle todo bien durante un minuto.
Batimos los huevos y le ponemos una pizca de sal. Echamos la mezcla de patatas y verduras. Mezclamos muy bien, es un paso muy importante, todos los ingredientes tienen que estar bien mezclados con los huevos.
Utilizamos una de las dos sartenes que hemos usado para cuajar la tortilla. Ponemos aceite del que ha sobrado de hacer las patatas, que cubra ligeramente el fondo. Ponemos la sartén al fuego y cuando esté muy caliente echamos las patatas. Inmediatamente los bordes se cuajaran, y además, es una forma de que no se pegue la tortilla.
Cuando hayamos echado la tortilla bajamos la intensidad del fuego, para que se haga lentamente y no se queme la tortilla. La dejamos un minuto, minuto y medio, dependiendo de cómo os guste de cuajada. Ponemos un plato llano encima de la sartén para darle la vuelta, es decir, volteamos la sartén sobre el plato, y la volvemos a echar a la sartén igual que antes.
Siempre podremos volver a darle otra vuelta más si consideráis que no está lo suficientemente cuajada. Lista para servir. Esta versión está más buena caliente que fría.
A mi personalmente me gusta poco hecha, como se puede apreciar en la foto.