Esta receta es también de mi madre. Son de esas recetas que llevan tanto tiempo en el recetario de la abuela y que las haces de vez en cuando, pero no te das cuenta de que no la has puesto en el blog hasta que alguien comenta que le gustan los caracoles y les digo que vean la que yo tengo en el blog. Por supuesto que es ahí cuando me doy cuenta de que no la he publicado, ya que por mucho que se busque no está. Así que aquí la tenéis, para todos los que os gusten los caracoles deciros que la probéis, es sencilla, fácil y rica. La salsa es picante, al gusto, o no ponerle si no os gusta, pero rica sí que es. Ahora compro los caracoles, que vienen preparados, pero antes había que tener mucha limpieza con ellos, purgarlos y lavarlos mucho, ya que se cogían del campo, y solo en temporada de caracoles. Ahora se tienen en cualquier momento, así que si se tiene el capricho de comerlos no hay problemas. Como anécdota decir que se le considera como marisco según nuestro código alimentario, no como carne o pescado. Además es muy bajo en calorías y con muy poca grasa y, ya para completar, con buenas propiedades nutricionales y es idóneo para los deportistas.
Ingredientes:
500 g de caracoles
1 envase de taquitos de jamón serrano
1 cebolla
2 dientes de ajo
2 guindillas (optativo)
2 hojas de laurel
1 cucharada de harina
1 cucharadita rasa de pimentón
Pizca de colorante
Perejil picado
Pimenta negra en grano
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Me gusta lavar bien los caracoles en agua fría y pasarlos a una cacerola y cocerlos unos poquitos minutos antes de ponerlos en el guiso. Los escurrimos y reservamos.
En la misma cacerola donde se van a cocinar los caracoles ponemos un chorro de aceite. Picamos la cebolla, 1 guindilla y el ajo y lo rehogamos durante unos minutos.
Incorporamos el jamón y rehogamos un minuto más.
Añadimos la harina y seguimos rehogando unos dos o tres minutos.
Echamos el pimentón y el colorante, removemos.
Machacamos en el mortero la pimienta negra y la guindilla que nos queda.
Machacamos también el otro diente de ajo y un poco de perejil picado.
Ponemos el picado en la cazuela y las dos hojas de laurel lavadas.
Incorporamos los caracoles y los cubrimos lo justo de agua. Añadimos un poco de sal, luego probamos casi al final de que estén hechos por si hace falta más.
Dejamos cocer unos 25 a 30 minutos a fuego lento. Mirad en el envase los tiempos de cocción, pero normalmente hay que darles un poquito más de lo que ponen, aunque todo es según cómo os gusten de tiernos. Probar de sal y dejad cocer sin la tapa unos minutos para que la salsa se trabe y darle algo más de espesor.
Listos para comer. Se pueden hacer con antelación y guardar en la nevera, e incluso congelar para otras ocasiones.