Estos mejillones los comí en un restaurante del levante alicantino. Son muy ricos y os van a sorprender por su sabor. A mi como más me gustan los mejillones son al vapor, de la forma más natural, pero esta receta no sólo aprecias el sabor de los mejillones al vapor, sino que ese pequeño toque de la salsa alioli les da un punto que les hace muy sabrosos. Hace tiempo que la quería poner, pero por unas recetas o por otras, se iba quedando atrás, así que ya es hora de que la ponga y la disfrutéis.
Ingredientes:
Mejillones
Salsa alioli
Concentrado o pulpa de pimiento choricero
Caldo de la cocción de los mejillones
Todo dependerá de la cantidad que se vaya a hacer, en este caso es para un kilo de mejillones más o menos.
Una vez limpios los mejillones los ponemos a cocer con un poquito de agua en el fondo de la cacerola.
Una vez cocidos les quitamos una de las conchas y los reservamos en una fuente, tapados para que guarden el calor.
En un recipiente pondremos como unas 3 o 4 cucharadas de salsa alioli, las hay en el mercado ya preparadas y de muy buena calidad. Añadimos una cucharada pequeña de concentrado de pimiento choricero (se le puede llamar también pulpa o carne de pimiento choricero). Yo suelo comprarlo en tarros pequeños, así lo consumo más rápido, pero se pueden congelar en cubiteras y tenerlo para otras elaboraciones, así no se estropea porque si no se gasta en pocos días se pone malo. Añadimos también caldo de la cocción de los mejillones, ya colado previamente. El caldo se irá echando poco a poco y no deberá estar hirviendo, porque entonces se corta la salsa alioli. Ir removiendo hasta conseguir el espesor deseado.
Éste no ha de ser ni muy espeso ni muy claro, debe de ser de una textura que cuando se eche por encima vaya cubriendo ligeramente los mejillones, no al completo, a unos les caerá más salsa que a otros, pero que no sea tampoco tan líquida que parezcan que están en un caldo.
Como podéis ver la salsa queda de una forma aleatoria, unos tienen más que otros, pero siempre caerá salsa al fondo de la fuente y el que quiera más salsa no tendrá más que ponersela al mejillón por encima, o mojar pan, porque está realmente buena.