Estamos entrando en la temporada de sardinas, así que os dejo con esta receta que os va a gustar, ya que se pueden hacer en casa sin olores, punto a tener en cuenta muy importante. Además quedan como las asadas en la parrilla, o casi, de veras que sí. Es un pescado azul muy bueno para la salud y es económico, así que os recomiendo que comáis sardinas.

Ingredientes:

Sardinas

Papel de Aluminio

Sal

Las sardinas las hay de varios tamaños, pero para esta receta es mejor las medianas o las grandes.

Comenzaremos cortando el papel de aluminio. Dependiendo de la cantidad que vayamos a hacer, así será el tamaño. Y es que se pueden hacer desde una sola a varias a la vez, luego lo veréis en las fotos. El tamaño es justo como la sartén que es de forma cuadrada, pero se puede hacer en cualquiera tipo de sartén. En esta primera son varias sardinas a la vez.

Colocamos las sardinas sobre el papel de aluminio.

Cerramos bien los lados, que queden bien sellados, y lo colocamos en la sartén. No se necesita poner ninguna grasa.

Según el tamaño de la sardina así será el tiempo que han de estar en la sartén, el fuego medio, si son medianas de dos minutos a dos y medio por cada lado, y si son grandes con tres minutos es suficiente. Cuando están hechas se sabe porque el paquete se infla, siempre que esté bien sellado.

También dependerá de si os gusta el pescado más o menos hecho, que no crudo, lo dejáis un poquito más de tiempo, pero si se hacen en exceso, como cualquier otro pescado, estará más seco.

Aquí tenéis los paquetes de uno, así quedan individuales y se mantienen calientes mientras no se abran. La foto con la sardina individual ya abierto el paquete está arriba.

O en paquetes de dos.

Si queréis poner sal a las sardinas se tiene que echar después de hechas, ya que si las sazonáis antes sueltan agua y entonces se cuecen. Probad las sardinas antes de echar sal ya que éstas tienen su sal propia y muchas veces no es necesario.