El postre es el remate de una comida, y si ésta ha sido especial habrá que poner un postre que también lo sea. Ahora apetece mucho los postres frescos, y este sin duda lo es. Se come con cuchara y es realmente delicioso. Si no se tiene kéfir para hacerlo en casa se puede cambiar por un yogur líquido natural, pero ya es fácil encontrar kéfir en la sección de los yogures y es un producto muy bueno. Es una receta con mucho calcio y con una fruta diferente, y aunque ya es fácil también de encontrar, e incluso congeladas todo el año, se puede optar por otro fruto rojo. Os aseguro que es muy fácil de hacer y quedan muy ricos y vistosos.
Ingredientes:
1 tazón de kéfir (como un vaso)
150 g de moras
1 cucharada sopera grande colmada de queso crema
1 cucharada sopera colmada de azúcar en polvo
Bizcocho casero o comprado 2 rodajas por vasito
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Estas cantidades son para montar dos vasos, pero todo dependerá del tamaño del vaso que se vaya a utilizar. Estos son de 38 cl de capacidad.
Ponemos en el vaso batidor el kéfir junto con el queso. Añadimos el azúcar y batimos. Si nos gusta más espeso la mezcla pondremos un poco más de queso. Ha de quedar con una textura algo más espeso que el yogur líquido, como unas natillas.
Reservamos 1/3 de la mezcla en un recipiente aparte.
Incorporamos las moras al vaso batidor, dejando unas pocas para decorar el postre.
Batimos.
Montamos los vasitos de la siguiente forma. Primero un poco de la mezcla de moras.
Cortamos el bizcocho del tamaño de los vasitos y de un grosor entre medio y un centímetro. Colocamos el bizcocho sobre la primera mezcla.
A continuación ponemos la mezcla de kéfir sin moras.
Ponemos otra rodaja de bizcocho y sobre ella de nuevo la mezcla de kéfir con moras.
Rematamos el postre decorando con unas moras. Pero las moras han de ir partidas por la mitad para que no se caigan al fondo y se mantengan en la superficie, ya que si las ponemos enteras se corre el riesgo de que se hundan.
Guardar en la nevera tapados con film transparente hasta su consumo.