Esta versión es más sencilla que la otra receta que tengo de cebolla caramelizada, ambas están buenas, pero a la hora de elegir, si las don son buenas, yo opto por la sencilla, e imagino que todos haréis lo mismo, pero no está mal que probéis una y otra y así os decidís con seguridad.
Ingredientes:
1 cebolla grande
2 cucharadas pequeñas de azúcar
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
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Ponemos una sartén al fuego con el aceite. Cortamos la cebolla en juliana fina, en láminas finas (como se ve en la foto) y la echamos en la sartén. Rehogamos la cebolla de vez en cuando, teniendo cuidado que no se queme, así que mejor a fuego bajo.
Cuando haya comenzado a tomar color por sí misma, porque se carameliza por su propio azúcar, pasamos al siguiente paso.
Que es añadir el azúcar.
No hay que dejar de remover para que se vaya caramelizando lentamente.
Cuando haya adquirido un bonito color dorado ligeramente oscuro es que ya está lista.