Para los amantes del chocolate os dejo con esta receta. Y, si como yo, lo sois también del queso, aquí la tenéis. Fácil, os aseguro que sí. Rica, no os quiero ni contar. Y calorías … muchas, cierto, pero por un día. Es verdad que este tipo de postres no se deben de comer a diario, eso ya lo sabemos todos, pero de vez en cuando nos podemos dar un capricho, y mejor en compañía, así se reparte entre todos y tocamos a menos. Seguro que os va a encantar si la hacéis.
Ingredientes:
400 g de chocolate postres (yo utilizo el negro, pero podéis hacer vuestra propia mezcla)
800 g de queso fresco cremoso
200/220 g de galletas molidas (he mezclado de avena, la mayor parte, y del tipo chiquilín)
100 g de mantequilla
2 cucharadas de azúcar glas
Helado de vainilla para acompañar (opcional)
Ponemos las galletas en un robot de cocina y las molemos. Si no se tiene, se pueden poner en una bolsa y con ayuda de un rodillo de cocina se van triturando.
Se derrite la mantequilla en un bol, y dejamos que se temple un poco. Incorporamos las galletas molidas y mezclamos bien.
Las pasamos al molde, que es mejor tener forrado con film transparente para que luego sea más fácil desmoldar la tarta. Vamos extendiendo la masa de galleta molida y mantequilla por toda la base. Metemos al frigorífico para que se enfríe mientras vamos haciendo el resto.
En un bol ponemos el queso crema.
Incorporamos el chocolate derretido y el azúcar. Mezclamos bien.
Pasamos esta mezcla al molde e igualamos bien la superficie. Metemos a la nevera por unas horas, mejor de un día para otro, y mejor tapada con film transparente para que no absorba otros sabores de otros productos que haya en ella.
Sacamos y la ponemos en un plato amplio.
Lista para servir, con helado de vinilla está genial, o de nata también.