Estos dulces son muy fáciles, además de rápidos, de elaborar y quedan muy buenos. Pero lo mejor es que se pueden hacer con la ayuda de los niños, que los harán encantados. No hay excusas para no hacerlos, para un desayuno o una merienda, con cualquier bebida, leche, café, infusiones o un rico chocolate, son ideales.
Ingredientes:
1 plancha o lámina de hojaldre (mejor si es de forma cuadrada)
1 huevo
Azúcar normal
Azúcar en polvo o glas
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En primer lugar encenderemos el horno a temperatura alta, unos 200-220ºC. El horno ha de estar bien caliente cuando metamos el hojaldre, y es a partir de este paso cuando ya lo hará un adulto.
Comenzaremos cortando el hojaldre en tiras de un centímetro y medio, más o menos, y de largo como unos 10 cm, aunque se pueden hacer del tamaño que se quiera. Una vez los tengamos hechos los iremos retorciendo para darles la forma como se ve en la foto y los vamos colocando sobre una placa de horno cubierta con papel de horno.
Batimos el huevo y con ayuda de una brocha vamos pintando por encima de los tirabuzones.
A continuación espolvoreamos con azúcar normal, que sea un poco generoso.
Meter al horno hasta que estén dorados, unos 12 a 15 minutos, todo dependerá del horno de cada uno, así que vigilar para que salgan con un bonito color.
Podemos hacerlos de otra forma, y es no poniéndole azúcar o muy poca, para luego una vez sacados del horno y un poco fríos para ponerles azúcar glas por encima, hay que ser también generosos.