La gallina es un ave que necesita una mayor cocción, aunque ya no es como antes, ya son algo más tiernas, su carne es más «prieta» y oscura que la del pollo, pero también rica. Cualquier receta que se haga con pollo la podemos hacer con gallina. Esta receta es creada por mi, posiblemente que habrá algo parecido, no lo sé. El resultado me ha gustado, pero para aquellos que les guste que la carne esté supertierna que la hagan con pollo.
Ingredientes:
Una gallina troceada
100 g de piñones limpios
1 cebolla
4 dientes de ajo
1/2 pimiento rojo
1/2 pimiento verde
1 tomate rojo grande
15 granos de pimienta
4 cucharadas de perejil picado
1 bote de cerveza
Aceite de oliva
Sal
Ponemos aceite en una olla exprés, que cubra el fondo. Salmos la gallina y la vamos dorando. Sacamos en un plato y reservamos.
En ese mismo aceite echamos la cebolla picada y los ajos picados.
Vamos removiendo mientras picamos los pimientos. Los añadimos y seguimos rehogando unos minutos, hasta que quede la verdura blanda, es decir, pochada.
Machacamos en el mortero los granos de pimienta negra y lo incorporamos a la olla junto con el perejil picado. Lo removemos todo un par de minutos.
Pelamos el tomate, una vez lavado, y lo picamos. Lo echamos sobre las verduras, añadimos una cucharadita de sal y dejamos que se haga unos 3 minutos.
Volvemos a echar la gallina a la olla.
Echamos la cerveza, dejamos que el calor evapore un poco el alcohol y cubrimos con agua. Tapamos y dejamos cocer una hora.
Abrimos la olla cuando ya no haya presión y comprobamos cómo están la carne y el caldo. Si vemos que a la carne o a el punto de sal les falta un poco le damos algo más de cocción o un poco más de sal. A mi me gusta quitar la grasa que queda en la superficie con ayuda de un cacillo. Incorporamos los piñones si ya está todo en su punto y le damos 10 minutos más de cocción con la tapa abierta y a temperatura alta.
Servir caliente. Es un plato que se puede hacer con antelación.
