Este consejo lo llevo utilizando hace muchísimo tiempo y he pensado compartirlo con todos vosotros para que veáis lo útil que es, por lo menos para mi es mucho mejor que rallar el limón (o cualquier otro cítrico), ya que de esta forma no sólo se aprovecha toda la cáscara del limón, sino que ésta queda integrada a los demás ingredientes aportando mucho más aroma al bizcocho, además de ahorrar tiempo.

En primer lugar decir que este consejo aunque es para aquellas personas que tienen thermomix también se puede hacer si se tiene la picadora de la batidora manual u otro aparato que pulverice y pique.

Se comienza poniendo en el vaso de la thermomix todo el azúcar que se vaya a emplear en la receta para pulverizarlo. Le damos a máxima potencia unos segundos, hasta que esté hecho polvo. Bajamos lo que se queda en las paredes con ayuda de una espátula.

Si ponemos la cáscara del limón al mismo tiempo el resultado no es el mismo, porque humedecería el azúcar y ya no se muele igual.

Así que una vez hecho el primer paso añadimos la cáscara del limón, eso sí, sólo la parte amarilla.

A continuación incorporamos una parte de la harina que se va a emplear en hacer el bizcocho o la elaboración que se vaya a hacer, como la tercera parte. El añadir  un poco de harina es porque el limón humedece el azúcar, como ya he dicho, y entonces no se molería de una forma optima, además se quedaría apelotonada y dura la mezcla en el vaso y luego habría que desprenderla bien con la espátula para seguir con la elaboración. Como se puede observar, quedan totalmente incorporados los tres ingredientes, azúcar, cáscara de limón y harina.

Luego sólo hay que seguir añadiendo el resto de ingredientes para la elaboración del bizcocho.