Esta es una receta de mi madre, es una sangría preparada de la manera más sencilla, luego las hay con otros ingredientes, con cava, sidra, zumo de naranja, licores, …, o incluso con otras frutas como el kiwi, piña, ciruela, melón, …, yo sigo con la receta de mi madre, soy muy tradicional en esto, nos gusta así, pero eso no quiere decir que las otras no estén buenas. En fin, como siempre os digo cada uno puede hacer luego su sangría particular con los ingredientes que prefiera, eso sí, hay que probar ésta.

 

 Ingredientes:

 1 litro de vino blanco de Rioja (o el que más os guste)

 1 melocotón

 1 manzana

 1 pera

 1 naranja

 1 limón

 1 vaso pequeño de agua

 4 cucharadas de azúcar

 

 

En primer lugar decir que las frutas son de tamaño pequeño, si las piezas son grandes poned entonces la mitad de cada una más o menos. Lavamos muy bien todas las frutas, en el caso de los cítricos además es conveniente hacerlo con un cepillo para eliminar bien todas las impurezas que puedan tener, ya que vamos a utilizarlas con la piel.

A continuación las trocearemos, ni muy grande, ni muy pequeño, en todo caso podéis cortarla a vuestro gusto.

En una jarra, con capacidad para que quepa bien todo, tanto la fruta como el vino, echamos toda la fruta. Añadimos el azúcar.

 Echamos el vino.

 Añadimos el agua.

 Removemos con una cuchara de mango largo de madera.

 

En esta ocasión corté el limón después, al tenerlos en distinto cajón se me pasó sacarlo, pero me di cuenta enseguida, aún no tengo alzheimer, menos mal. Quitamos bien los pipos para que luego no caigan en la bebida, añadimos el limón a la jarra y removemos.

Tapamos con film transparente y guardamos en la nevera. Hay que dejarlo unas horas o de un día para otro, para que coja el sabor de las frutas.

Servir muy frío y que aproveche, eso sí, hay que tener cuidado que este vino pasa muy bien y luego …., pues si pasa …. habrá que echarse la siesta.