Me encantan las mermeladas, y me gusta mucho probar nuevas combinaciones, y os puedo decir que ha quedado una mermelada muy rica. Las fresas y el kiwi han dado su toque y ha suavizado a las moras, pero no ha perdido ni su sabor y ni su color. Si se quiere se puede pasar por un chino la mermelada para quitar las pepitas de las moras, pero a mí me gusta encontrarlas, además de que son buenas para la digestión, se puede decir que es más integral. Una mermelada que para las fiestas que vienen nos da mucho juego para otras recetas.

Ingredientes:

2 bandejas de moras (250 g)

150 g de fresas

1 kiwi

100 g de azúcar morena

150 g de azúcar normal

Un chorrito de zumo de limón

En conjunto la fruta ha pesado unos 500 gramos. Una vez hecha la mermelada, hay que probarla por si se quiere más dulce, yo no soy de ponerlas muy dulces. Así que es mejor probar y así poner más si lo consideráis necesario.

Ponemos las moras lavadas en una cacerola al fuego.

Lavamos las fresas, sin quitar el rabito, y luego las troceamos, si son pequeñas las dejamos enteras, como son estas. Pelamos y troceamos el kiwi. Ambas frutas las añadimos a la cacerola.

Añadimos el azúcar moreno.

También incorporamos el azúcar blanco y el zumo de limón. Dejamos cocer a fuego lento.

Vemos que va soltando sus propios jugos, además de que el azúcar se va disolviendo también.

Cuando comience a hervir va a formarse una espuma que hay que ir retirando.

Una vez que esté cocida la fruta, como unos 25/30 minutos, la batimos con ayuda de una batidora.

Comprobamos el espesor, que sea el que queremos, comprobamos también su dulzor, y si está como se quiere, lo envasamos en unos frascos ya limpios y secos. Hay que llenarlos hasta el borde, con la mermelada bien caliente.

Tapamos bien con sus tapas y los colocamos boca abajo.

Con esta cantidad de fruta me han salido dos tarros de mermelada.

Los envolveremos bien con un paño y los dejamos así hasta que se enfríen totalmente. Luego yo suelo guardarlos en la nevera y boca abajo. Duran bastante tiempo sin abrir.