Así es como las hace mi madre, bueno las hacía, porque ya es muy, muy mayor. Son sencillas, las más sencillas, pero para mí las mejores. Podéis encontrar un reportaje sobre Las Torrijas y sus Variantes, que hace muchos años hice y se publicó en Chefuri.com, seguro que os gustará. En este reportaje os encontraréis otras formas de hacerlas. Deciros además que es un postre típico de Semana Santa y que he puesto ahora de nuevo la receta (antes estaba en Chefuri) porque parece ser que las fotos ya no están, así que las he preparado hoy para que tengáis la receta con las fotos, como tiene que ser, lo bien hecho bien está, o bien parece.
Ingredientes:
Pan del día anterior (o de dos días)
Leche
Huevos
Aceite
Azúcar
Me gusta hacer las torrijas con el pan de siempre, de miga blanca, de miga prieta, aunque se venden panes especiales para este postre, utilizad el que más os guste, así como si veis el reportaje podéis optar por la receta que hay o por otra variante.
Hacemos rodajas a la barra de pan y las ponemos en un recipiente. Las cubrimos con leche, mejor del tiempo. Una vez que el pan está empapado por un lado les damos la vuelta para que empape por este otro lado, seguramente que hay que echar más leche.
Cuando ya están las rebanadas de pan bien empapadas las ponemos sobre una rejilla para que suelte el exceso de leche por si solas. Yo las pongo sobre el recipiente donde está el pan porque así cae en él, mientras unas escurren el exceso de leche, la siguiente tanda va empapándose de la leche, de la que hemos echado y de la que escurre.
Batimos en principio dos huevos, porque así si necesito más voy batiendo otro y siempre el huevo estará mejor, ya que poco a poco la leche de las rebanadas va mezclándose con el huevo. Pasamos las rebanadas por el huevo batido y de ahí a la sartén con el aceite caliente. El aceite puede ser sólo de girasol, que para los fritos es mejor ya que no da sabor al postre, o mezcla de girasol y oliva. Se puede ver en la foto como sale la leche, de tan empapadas que están.
Una vez doradas las torrijas por un lado le damos la vuelta para que se dore por el otro. Las primeras quedan algo más blanquitas. Las sacamos y las ponemos en un plato con papel absorbente.
Las pasamos a continuación por azúcar por todos los lados. Poned el azúcar de a poco, os aconsejo que vayáis echando un poco azúcar en el plato cada tanda, ya que al estar tan húmedas las torrijas lo van mojando y al final casi que no se pueden rebozar en él. Y, una vez pasadas por el azúcar, las vamos colocando en una fuente. Una vez que estén todas hechas y puestas en la fuente, espolvoreamos con el azúcar sobrante por encima.
Al llevar leche, porque quedan muy bien empapadas, y también huevo, hacen que el aceite se ensucie pronto, así que cada dos o tres tandas es conveniente colar el aceite. Bien sólo por el colador o mejor colocando una hoja de papel absorbente para que aún quede mucho más limpio. En las fotos se puede ver la cantidad de poso que se forman.
Luego se pasa papel absorbente por la sartén para limpiarla de los posos que quedan en el fondo. De esta forma el aceite quedará como nuevo y las torrijas no se pondrán feas por culpa de los residuos que deja la fritura.
Una vez fritas y enfriadas, servirlas para deleitarse de un postre sencillo pero muy rico. Si hacéis cantidad de ellas, es conveniente guardarlas al día siguiente en la nevera en un envase cerrado, ya que al llevar huevo y leche se pueden estropear, y más en las casas con calefacción que hacen que la temperatura ambiente esté alta, o si las hacéis en verano, con más razón, y en este tiempo frescas están muy ricas.