Mermelada de Tomates Cherry Verdes

Aquí tenéis otra mermelada más para añadirla al recetario. Esta vez de tomates cherry verdes, que son muy ricos. Deciros que hay otra receta de mermelada de tomates verdes, por si queréis verla, ya de los grandes. Y es que es ahora cuando se pueden conseguir (estos son de la huerta de mi hermana mayor). Me encantan las mermeladas caseras, porque además de ricas, son totalmente naturales, no llevan nada que no sean productos naturales, sin conservantes, más sanas, y únicas.

Ingredientes:

700 g de tomates cherry verdes

200 g de azúcar

2 cucharadas de zumo de limón

Lavamos los tomates.

Los vamos cortando a la mitad si son algo grandes, si no se dejan tal cual, y los vamos poniendo en una cacerola.

La llevamos al fuego con el limón.

Y el azúcar. Dejamos cocer hasta que se haya evaporado parte del agua y el tomate quede totalmente cocido. A fuego medio-bajo, durante aproximadamente 30 minutos, todo dependerá del agua que tengan los tomates y de la temperatura que utilizamos al cocer, según se va removiendo se va observando el espesor que va adquiriendo. Ir quitando la espuma que se forma durante la cocción, sobre todo al principio.

Batimos si queremos una textura más fina, que pienso que es mejor, porque así las pieles quedan integradas y, por si son reacios al ver que es de tomate, no lo notarán. Incluso pasarlo por un chino para que se queden las semillas en él, y de esa forma queda aún más fina. Probar que la consistencia es la deseada, poniendo en un plato una pequeña cantidad y que, una vez fría, se vea cómo queda, incluso de dulce, por si se quiere más dulzor.

Con los botes preparados y la mermelada bien caliente, pasamos a rellenarlos hasta el borde. Tapamos inmediatamente y los colocamos boca abajo sobre un paño.

Una vez estén todos rellenos, los cubrimos bien con el paño y con otro más.

Los dejamos así hasta que se hayan enfriado del todo. Incluso yo los guardo de esta forma, boca abajo, en la nevera, ya que hago pequeñas cantidades para ir cambiando de sabores.

Me encanta en las tostadas y sobre todo en los bizcochos, sustituyendo al pan de molde, es decir tostando las rebanadas de bizcocho previamente. O con pan pan, una delicia, y untando en este caso, con un pelín de mantequilla.

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