Ahora con estos fríos apetecen mucho los platos de cuchara, y este guiso de patatas os va a encantar. Esta receta es sencilla, sabrosa y económica, y la carne al no tener huesos es muy fácil de comer. Tiene su tiempo de elaboración, pero no tienes que estar encima del guiso, una vez estén todos los ingredientes en la olla, con vigilarlo de vez en cuando es suficiente. Además es ideal para comer en familia.

Ingredientes:

500 g  de pavo adobado

3 o 4 patatas

1/2 cebolla

2 dientes de ajo

Una cucharada de perejil

Aceite de oliva virgen

2 hojas de laurel

Sal

Ponemos un chorreón de aceite en el recipiente donde vamos a hacer el guiso. A mí me encantan las cazuelas tipo sartenes que tienen su tapa. Picamos la cebolla y la añadimos. Vamos removiendo y dejando que se poche suavemente.

Picamos los ajos y los incorporamos junto con la cebolla. Seguimos removiendo.

Cuando la cebolla está tierna y pochada le añadimos el pavo en trozos, del tamaño que prefiráis, pero que no sean grandes. Rehogamos durante uno o dos minutos.

Pelamos las patatas y las lavamos. Las troceamos chascándolas, para que así engorde el caldo. Las añadimos y seguimos rehogando por unos dos o tres minutos más. Estos tiempos de rehogar los ingredientes es muy importante, así luego el guiso estará más rico.

Picamos muy bien el perejil y lo añadimos junto con el laurel.

Cubrimos de agua, añadimos un poquito de sal, luego comprobaremos cuando estén las patatas casi hechas si necesitan algo más de sal. Tapamos y dejamos cocer lentamente durante una hora. Comprobar de vez en cuando el guiso y agitar el recipiente. Pasado este tiempo, comprobaremos el caldo, por si hay que añadir algo más de sal.

Y ya lo dejamos cocer por otros 5 minutos, pero ya sin la tapa. Ya a cada uno les gustará más o menos caldoso, eso ya es al gusto.

Listo para comer.