Sí, tenéis toda la razón, el título es largo, pero tenía que explicar cómo son los filetes. En fin, me he aficionado a hacer de esta forma los filetes, ¿porqué?, pues muy sencillo, porque salen mucho más jugosos, sobre todo los de ternera, de esta forma no pierden sus jugos, y quedan supertiernos y con mucho más sabor. Ahora lo que hago es ir jugando con otros sabores, y éste me ha gustado, por eso os lo pongo.
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Esta es una versión «mini» de los famosos Cachopos (ver receta). Para quien no sepa qué son les diré que es un plato típico de Asturias, son dos filetes de ternera enormes, y cuando digo enormes es que son grandísimos, rellenos de jamón y queso y después empanados. Es bien sabido que en Asturias se come bien y las raciones son inmensas, estos filetes pueden medir una cuarta y media o más como mínimo, además ahora pueden encontrarse con diferentes rellenos e incluso con otro tipo de carne. Mi versión son cachopitos, porque son pequeños en comparación con los que se sirven por esas tierras asturianas, y el relleno es con pavo y queso, un plato que gustará a todos sobre todo a los niños.
Hay personas a las que no les gusta el conejo, o que no lo han probado todavía, pero he de decir a su favor que es una carne muy baja en grasa, por lo tanto es baja en calorías, y tiene muchas proteínas, es buena para todas las edades, y se puede hacer de mil maneras. Ya hay varias recetas con esta carne: Conejo con Arroz (Caldoso), Conejo con Patatas y Judías Pintas con Conejo. Esta receta es un clásico, pero se puede hacer con pollo o cordero perfectamente, quedando igual de rico.
El cachopo es un plato típico de Asturias, es un filete con unas características muy particulares. Es una forma original de poner entre dos filetes de ternera, normalmente bastante grandes, un relleno de jamón y queso que después van empanados y fritos. Hoy en día se pueden encontrar cachopos más originales con distintos rellenos, e incluso con otro tipo de carnes. El que hoy os pongo es el típico cachopo de ternera, eso sí, en un tamaño normal, ya que en Asturias son de tamaño colosal.
Hay productos que combinan con casi todo, como pasa con las legumbres, las patatas y, en este caso, el arroz. Ya sean carnes de cualquier tipo, ya sean pescados o mariscos, ya sean verduras, que con todos salen unos platos riquísimos. En esta ocasión son con unas ricas codornices, no os la podéis perder de hacer, os la recomiendo, además queda tan bonita en la paella.
En esta ocasión el conejo de monte lo he preparado con judías pintas, pero se puede hacer perfectamente con conejo de granja, éste es más blanco y la carne se hace en menos tiempo, y, aunque su sabor es menos intenso, mucha gente la prefiere, pasa lo mismo que con el pollo. Es normal que los animales que están al aire libre tengan una carne más dura y de sabor más intenso porque hacen más ejercicio y comen hierbas del monte. Pero en este caso como las judías también llevan un tiempo de cocción más lento y largo se complementan muy bien.
Mi hermana mayor me dio un conejo de monte, así que hice con él dos recetas, una de ellas fue ésta, que quedo muy rico y con mucho sabor. El conejo es una carne muy saludable y comienza a tener un lugar más importante en su consumo. Para dietas o simplemente por salud, es una carne baja en grasas y tiene un contenido en proteínas y vitaminas muy alto. Al ser de monte son aún menos grasos, eso sí son más oscuros y algo más duros, por eso necesitan una cocción más larga, pero con un sabor mucho mayor por su tipo de alimentación, por todos los vegetales que consumen en el monte.
Es una forma sencilla de preparar las carrilladas con pocos ingredientes y el resultado es muy bueno. Queda una carne muy jugosa y tierna que va a gustar a todos. Se pueden hacer con antelación el día antes para terminarla en el horno un poco antes de la comida. Si sobra se puede guardar perfectamente en la nevera y se mantiene perfecta unos días. También se puede congelar, así que se puede hacer más cantidad para otro día y así no tener que cocinar.
Hacer un paté no tiene porqué ser complicado, esta receta que os voy a poner hoy cumple la regla, no es difícil, sale muy rico y, lo más importante, es totalmente natural, no tiene conservantes, grasa, colorantes, azúcar, …., en fin todas esas cosas que suelen meter en los patés. Yo he hecho la receta con higaditos o higadillos de pollo, pero se puede hacer con otro tipo de hígado, de conejo, pato, cerdo, cordero, ternera, con cualquiera de ellos. Os recomiendo que lo hagáis, además sale una cantidad grande con respecto a la cantidad de higado utilizado, y mucho más económico que comprarlo, este paté casero en tiendas gourmet (porque ahí estaría) saldría caro.
Esta receta es fácil, rica y rápida, además de no ensuciar nada, bueno casi nada, de estar apenas pendiente de hacerla y por supuesto quedas muy bien. Eso sí, hay que darles el punto justo a las costillas, que no queden ni crudas ni demasiado hechas, han de estar jugosas.
